Ecografías 4D:

la modalidad para ver al bebé en tiempo real

Hace apenas unos cuantos años era impensable considerar que podríamos ver a los bebés dentro del vientre de la madre, y mucho menos verlos en un video a tiempo real y calidad de imagen perfecta. Sin lugar a dudas, los avances en la ecografía han supuesto una revolución en los controles prenatales de la actualidad.

Primero conocimos la ecografía en 2D. Con esta podemos observar en un monitor a tiempo real una imagen un tanto simple, borrosa y en blanco y negro del feto, se realiza habitualmente en las consultas para obtener un diagnóstico fetal común y luego se puede imprimir la imagen fija, plana en blanco y negro. Posteriormente en los años 80 y principios de los 90 nos encontramos con la modalidad 3D, pudiendo obtener una visión más clara de la forma del bebé, otorgándole volumen y mayor nitidez revolucionando el campo de diagnóstico fetal.

Finalmente las ecografías en 4D se presenta hace poco años como lo último en este tipo de tecnología ginecológica. Otorgando la mejor imagen disponible que puede obtenerse del feto en el vientre materno. Gracias a este tipo de video puede verse el movimiento real del bebé, qué hace dentro del vientre y hasta los gestos de la cara.

Se considera que el mejor momento para realizar una ecografía en 4D es entre las 25 y 35 semanas de embarazo, ya que puede obtenerse una mejor imagen de los movimientos, sus gestos y silueta. En relación a esto, aunque no hay inconvenientes para realizar la ecografía en cualquier punto de la gestación; es recomendable que no se realice antes de la semana 12 de embarazo, pues el aspecto físico del bebé en esta etapa distará mucho de cómo lucirá finalmente al ser dado a luz. En cambio cuando se realiza a partir de la semana 25 puede verse con mejor detalle algunos rasgos del bebé y generalmente después de la semana 32 se dificulta verlo completo por su tamaño, posición y menor proporción de líquido amniótico.